Editorial

Factores que promueven la resiliencia en los niños

Todas las personas tienen la capacidad de sobreponerse a las adversidades, algunos con mayor rapidez que otros, a esto llamamos Resiliencia, que de acuerdo con Grotberg (1995), es la “Capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser transformado por ellas. La Resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovido desde la niñez”.

Algunos factores que actúan en calidad de protectores según Fergusson y Lynskey (1996), y que a su vez promueven los comportamientos resilientes en una edad temprana son los siguientes:

-Inteligencia y habilidad de resolución de problemas. Fomentar en los niños la curiosidad por aprender, y cuando tenga alguna dificultad tener una actitud positiva, además de descubrir con ellos lo que puede aprender de eso.

-La presencia de intereses personales y personas significativas fuera de la familia. Por ejemplo: ponerse metas de acuerdo a su edad, el apoyo externo pueden ser un profesor, un padre o madre sustituta, etc., los cuales favorecen la manifestación de comportamientos resilientes.

-Según Greenspan (1993), el apego parental, esto es una relación cálida y apoyadora con al menos uno de los padres.

-Temperamento y conducta, tener un buen temperamento durante la infancia, un adecuado nivel de actividad, capacidad reflexiva y responsividad frente a otras personas.

-Una relación de calidad con sus pares (iguales), motivarlos a hacer amigos en la escuela, en actividades preescolares, etc.

– Por su parte (Soebstad y Vanistendael, 1995), señalan la importancia que puede tener el humor en el desarrollo de la resiliencia así como en la salud física y mental de los niños, éste último afirma que “quien ejerza la difícil virtud de reírse de sí mismo ganará en libertad interior y fuerza”.

Es importante señalar, que ninguno de estos factores por sí solos, a menos que actúen combinadamente, promueven la resiliencia.

Además algunas investigaciones, señalan como positivo para la resiliencia, tener reglas en el hogar, la asignación de algunas tareas en el mismo de acuerdo a la edad de los pequeños, así como la convivencia entre hermanos, primos, abuelos, con lo que desarrollan conductas que muestran autonomía y responsabilidad. Y por último, el amor, el respeto y el ejemplo son indispensables para fortalecer a nuestros pequeños.

 

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