Editorial

Tipos de afrontamiento como respuestas a un estresor

Cuando los seres humanos nos encontramos ante las dificultades de la vida, y adoptamos ciertas medidas, como pueden ser tratar de suprimir, reducir, disminuir, controlar, o contraatacar, sean estos, pensamientos, sentimientos y/o sensaciones corporales, para solucionar o contrarrestar el sufrimiento, lo llamamos afrontamiento.

Miller (1980), define afrontamiento como todas las respuestas a los acontecimientos o episodios estresantes. Estas respuestas pueden ser adaptativas o desadaptativas, y se clasifican en dos: afrontamientos centrados en el problema, son aquellos que tienen su origen en el intento del individuo por cambiar, negociar y aceptar, con el objeto de resolver la situación,  y centrados en la emoción, que son todos aquellos esfuerzos que la persona realiza para controlar el estrés emocional que la situación le provoca, cuando cree que no puede hacer nada realmente efectivo para modificarla.

Algunos ejemplos son: negociar, sustituir, ignorar, reaccionar con optimismo, culpar a otros, tomar decisiones, catastrofizar, adoptar un comportamiento pasivo, de vigilancia, evitativo, minimizar, negar, desarrollar preocupaciones anticipatorias, fatalismo, aceptación o resignación, positivismo, aislamiento, escapatoria, auto-culpa o autocrítica, confrontación agresiva, asertividad, acción directa, distracción cognitiva o conductual, apoyo social y solución de problemas (Blanco, Schneider y Rodríguez, 2010).

Aunque lo ideal sería reaccionar con un afrontamiento positivo, es importante mencionar que no hay ninguna estrategia de afrontamiento que sea válida para todas las personas ni para todos los problemas y que incluso una estrategia que se ha mostrado útil en una ocasión puede no serlo tanto en un momento dado.

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