¿Y a ti qué te hace fluir?

Cuántas veces nos ha pasado que estamos haciendo un trabajo o alguna actividad, y no nos damos cuenta de que el tiempo ha transcurrido. Los mejores momentos o más felices, suelen suceder cuando el cuerpo o la mente de una persona han llegado hasta su límite en un esfuerzo voluntario para conseguir algo difícil y que valga la pena, a esto llamamos fluir.

Flujo es el estado en el cual las personas se hallan tan involucradas en una actividad que nada más parece importarles; la experiencia, por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tenga un coste, por el puro motivo de hacerla (Csikszentmihalyi, 2008).

Realizar una actividad fácil puede provocarnos aburrimiento, un esfuerzo excesivo ansiedad o frustración, sin embargo, una actividad que nos agrada realizar y que conlleva cierto grado de dificultad, éstas pueden ser deportiva, artística, o inclusive un trabajo; por ejemplo, participar en una competencia, hacer ejercicio, cocinar, leer, bailar, cantar, son experiencias que regularmente provocan a las personas fluir.

Fluidez es una emoción positiva centrada en el presente, que promueve el bienestar en el ser humano, a veces las personas estamos tan obsesionadas en lo que queremos conseguir en el futuro, que ya no obtenemos placer con el presente. Si somos felices o no, depende de nuestra armonía interna, y no de los acontecimientos externos.

Todas las emociones ya sean positivas o negativas, como la alegría, el gozo, el dolor, el interés y hasta el aburrimiento, se presentan en la mente como información, son estados subjetivos que la persona experimenta en razón de sus circunstancias, si logramos ser capaces de controlarlas, podremos decidir cómo será nuestra vida y fluir con ella, y esto es un trabajo del día a día, un trabajo individual.

“Mi consejo es que no preguntes por qué, ni para qué, sino que te limites a disfrutar del helado que tienes en el plato” Thornton Wilder

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