Cultivando el Bienestar; Límites en niños

En estos días en los que festejamos a nuestros pequeños, es un buen momento para reflexionar, ¿qué es lo mejor que yo como padre, puedo regalarle a mi hijo? esto es sin duda: la educación “que es la formación para desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva, de acuerdo con la cultura y normas de la sociedad a la que pertenece”, y dentro de ella nos encontramos con los límites. Poner límites a nuestros hijos es un pilar de su formación emocional, es necesario por su propia seguridad física y emocional.

Un límite quiere decir hasta donde podemos llegar y es lo que nos permite tener un orden y una convivencia armoniosa entre las personas.

Los niños no nacen con límites, ellos interiorizan los límites a partir de las relaciones con los demás y de la disciplina. Para que los niños aprendan a saber quiénes son y de que son responsables, sus padres deben aplicar límites claros y relacionarse con ellos para ayudarlos a aprender sus propios límites. Por supuesto los límites  deben ser de acuerdo a la edad de los pequeños, no es lo mismo un pequeño de 5 años, que un adolescente de 14 años.

Si los límites son claros los niños desarrollarán varias cualidades, entre ellas:

Un sentido muy definido de quien son, sobre qué cosas son responsables, capacidad para escoger, entienden que si eligen bien, las cosas van a ir bien, y que si su elección es errónea sufrirán por ello. La esencia de los límites está en el dominio propio, la responsabilidad, la libertad, y el amor.

Gran responsabilidad la de los padres, ya que de no trabajar correctamente los límites con los hijos, éstos en la adultez pueden presentar problemas relacionados con: incapacidad de decir no a personas dañinas, facilidad de ser manipulados o controlados, incapacidad para enfrentarse a los demás y para resolver conflictos en forma productiva, incapacidad para posponer la gratificaciones y lograr objetivos y tareas, transitar por la vida como si fueran víctimas en lugar de vivirla con un propósito y un sentimiento de dominio propio, etc. (Cloud y Townsend, 2009).

Todo en la vida tiene un límite, y al establecerlo nos protegemos y determinamos como nos tratarán otras personas.

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