Etapas en el proceso educativo de los niños
En un mundo como en el que vivimos actualmente, en el que ha habido innumerables cambios en muchos aspectos, la educación de nuestros hijos no es la excepción.
La Doctora Rosario Busquets en su libro “Si lo amas, ¡Edúcalo!” nos habla de tres etapas en las que acompañamos la educación de nuestros hijos que me parece importante conozcamos. Ella menciona que educamos a los niños hasta los doce años, que es cuando les inculcamos hábitos, valores y creencias; de los doce a los veintiuno contenemos, en esta etapa nosotros vamos a dedicar mucha energía para contener esa fuerza e intensidad con la que viven, pues los chicos adquieren un deseo intenso de hacer cosas para lo que nosotros consideramos que aún no están listos, debido a una sobrevaluada seguridad, y de los veintiuno en adelante, en el mejor de los casos, opinamos.
Y entonces ¿qué podemos hacer nosotros los padres en estas etapas de educación?
Aprender a movernos de una educación a otra, en la primera etapa antes de los doce años como mencionamos anteriormente al inculcar, estar detrás de nuestros hijos para impulsarlos, estimularlos y asegurarnos de que aprendan a hacer las cosas por sí mismos, desde su aseo personal, alimentación, obligaciones escolares, buscando que vayan ganando autonomía; de los doce años a los veintiuno ayudar a nuestros hijos a contener, en ésta etapa es recomendable desarrollar nosotros como padres la templanza (ser moderado utilizando la voluntad por encima del instinto o impulso). Algo que te ayudará mucho al tomar decisiones en una situación determinada con tu hijo, es hacerte estas preguntas ¿en qué tipo de adulto quiero que mi hijo se convierta? y ¿que está aprendiendo a partir de los mensajes que le doy de manera cotidiana? Y por último considera que si tu hijo inicia la adolescencia con un mal antecedente educativo desde pequeño, el esfuerzo que tendrás que hacer en ésta etapa será mayor.
Los cambios como todo llevan sus riesgos, es verdad que los tiempos ya no son los mismos que antes, que tenemos que trabajar ambos padres y que los pequeños quedan al cuidado de terceros, abuelos, hermanos, primos, que la tecnología los expone potencialmente, que la inseguridad no nos ayuda, que ya traen un chip integrado, etc., sin embargo, lo que no cambiará nunca para hacer la diferencia en el proceso educativo, es la base más importante, que son los límites, el ejemplo, la comunicación entre padres e hijos, y el amor que les demostramos a nuestros pequeños.
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