Hablemos de salud: Dislipidemias
Dr. José Mandujano López
Se llama dislipidemia a la elevación anormal de colesterol y triglicéridos o ambas con disminución de una fracción del colesterol denominada HDL o colesterol malo, lo que se traduce en un proceso de Aterosclerosis, cambio anatómico en la circulación que es punto de partida para enfermedades cardíacas o cerebrovasculares, y que con mayor frecuencia coexiste con Diabetes, Hipertensión u Obesidad.
La forma de estudiar estos padecimientos es a través de pruebas sanguíneas conocidas como perfil de lípidos, donde se miden los niveles de las diversas grasas, tomando una muestra de sangre en un ayuno de 8 a 12 horas.
Se han establecido los valores normales en la población en general, y los resultados del estudio señalan si dichos valores están fuera de lo normal. En términos generales de considera Colesterol total normal con cifras menores de 200 mg, de 201 a 239 como limite superior y arriba de 240 mg, alto y de gran riesgo. La fracción LDL o colesterol malo ideal debe ser menor de 70, hasta 100 es optimo y de 129 mg en adelante, muy alto.
Los triglicéridos normales son hasta 150 mg, de 151 a 199 limite superior y mas de 200, muy altos. Existen otras fracciones del Colesterol llamadas HDL o colesterol bueno, VLDL etc. Que son menos importantes para evaluar el riesgo de sufrir las consecuencias.
Generalmente no hay síntomas que permitan predecir la existencia de Aterosclerosis o endurecimiento de las arterias por depósitos grasos en sus paredes. Cuando han aparecido síntomas, es tarde para actuar, sin embargo, se debe abordar el problema en cualquier fase de la enfermedad, así, se pueden presentar dolores del pecho al esfuerzo (Angina), alteraciones del equilibrio o déficit neurológico, en caso de enfermedad cerebrovascular, dolores abdominales por inflamación del páncreas (Pancreatitis), etc.
Los factores que propician la aparición de estos trastornos tienen que ver con predisposición familiar o herencia genética, estilo de vida poco saludable por dietas ricas en grasas, aumento de peso, sedentarismo o falta de actividad física y hábitos como el consumo de alcohol o tabaco.
Está por demás afirmar que los cambios en el estilo de vida, llevando una alimentación baja en grasas especialmente de origen animal, haciendo ejercicio regularmente y dejando el tabaco y el alcohol, se puede reducir el riesgo de sufrir estos padecimientos. Cabe señalar que otras condiciones pueden acelerar estos procesos, como el Hipotiroidismo o el uso de diuréticos o de hormonas femeninas.
Una vez identificadas las alteraciones químicas de estas sustancias y evaluando el estado general de una persona, después de las recomendaciones de dieta, ejercicio y evitar toxicomanías (alcohol y tabaco), se debe tratar con medicamentos, y monitorear periódicamente con estudios de laboratorio, 2-3 veces al año, para regular dosis de las medicinas, siendo útiles especialmente para el colesterol las estatinas o la ezetimiba, y los fibratos para controlar los triglicéridos(son nombres farmacológicos o genéricos).
Los temas ya tratados aquí, Diabetes Mellitus, Obesidad, Dislipidemias y otros que serán abordados después, corresponden a un conjunto de padecimientos englobados en el concepto de síndrome metabólico que tienen un tronco común relacionado con la nutrición y la falta de actividad física.
Ya hablaremos de la Hipertensión Arterial o presión alta.
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