Editorial

La Pluma

Por: Miguel Hernández Durán

No se necesitaba ser brujo para adivinar cuál sería el resultado de las elecciones internas para la nueva dirigencia nacional del PAN, desde temprano aquí en el estado de Querétaro y de acuerdo a fuentes cercanas a la dirigencia estatal, se confirmó la tendencia hacía la fórmula de Marko Cortés, ya que al parecer tiene muchos amigos panistas aquí en la entidad. En una consulta realizada por esta Pluma en la sede de la votación, la gran mayoría coincidió en que su candidato era el excoordinador de la bancada panista en San Lázaro. En su momento la sed de la votación se llenó de la militancia que acudió a emitir su voto como Luis Nava, Apolinar Casillas, la Senadora Lupita Murguía y la diputada Federal Sonia Rocha, así como los regidores y diputados locales.

 

Una crónica de una votación anunciada, el gran ganador el candidato de los albiazules queretanos que en su mayoría se inclinaron por la fórmula Marko Cortés y Héctor Larios.

El PAN ha pasado una difícil aduana en donde está en juego la unidad de un partido que al igual que los demás se encuentra fracturado, y con la esperanza de llegar a la unificación si no alcanza para la unidad en torno a un proyecto que pretenden despuntar para el 2021 y cuyo panorama no se encuentra del todo despejado para el PAN.

 

El hotel Camelinas para dos panisitas les trae muchos recuerdos, me refiero a que hace unos nueve años tanto Luis Bernardo Nava como Ricardo Anaya se enfrentaron a una elección interna para definir al dirigente, en ese tiempo y en este mismo hotel, llegaron a tres empates en la votación y nadie cedió, ni el candidato del gobernador que era Anaya ni Nava.

En una decisión salomónica ambos quedaron fuera, Paco Garrido optó por el famoso Charamusco Edmundo Guajardo, la suerte estaba echada y ni Ricardo Anaya ni Luis Bernardo Nava llegaron a la dirigencia queretana del PAN, todo esto en el mismo hotel donde les gusta a los panistas hacer sus eventos,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

 

Hace unos días comentamos que es inevitable los cambios en la dirigencia estatal del PRI, sólo es cuestión de tiempo para que se realice la salida de Juan José Ruíz y se prepara el terreno para que entre al relevo, ni más ni menos que Alonso Landeros, quien al parecer tiene toda la confianza de su dirigencia nacional para que encabece la recomposición de lo que queda del PRI.

No va a ser fácil porque en todo esto hay muchos involucrados que a toda costa pretenden que no resucite el dinosaurio que está herido, pero no muerto y en una de esas, tira un coletazo que afectará a más de uno.

 

Por lo pronto el expresidente municipal de Pedro Escobedo ya prepara maletas para llegar de nueva cuenta a la dirigencia estatal del tricolor y empezar a recomponer al PRI de sus amores, Alonso Landeros tiene la cualidad de poder amalgamar a jóvenes y viejos de un partido que en un tiempo supo dirigir y que en su momento se le vio como un posible candidato a la gubernatura en lugar de Roberto Loyola. Pero esa es otra historia que en su momento será contada,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,