Editorial

TRAS LA VERDAD; Los concesionarios del transporte público de siempre

Por: Héctor Parra Rodríguez

A miles de usuarios del transporte público tomó por sorpresa la suspensión o paro unilateral del transporte público urbano en la capital queretana y municipios conurbados, cuando ayer miércoles, literalmente se quedaron inmovilizados ante la ausencia, sin previo aviso, de los camiones urbanos del sistema QroBus. Bien saben los concesionarios cuál es la mejor forma de presionar a la autoridad, para que autoricen el alza al precio del transporte público; el camino lo han recorrido hace muchos años y a todos los gobiernos los han “doblegado”. Y los chóferes por supuesto que siempre se suman a la ilegalidad del “paro”.

Los concesionarios y chóferes, utiliza como medio de presión a los usuarios del transporte público, quienes naturalmente se quejan y exigen de inmediato el restablecimiento del servicio del transporte público. No fue el mismo “paro” en todas las rutas; unas se quedaron sin nada, otras continuaron con el servicio y el gobierno tuvo que implementar medidas emergentes en auxilio de los usuarios, dotando de transporte improvisado para apoyar a los miles de queretanos que no tienen otra manera de transportarse, dado que el uso de taxis o servicios ejecutivos quedan fuera del alcance de sus bolsillos. Pero ni así fue suficiente. Este día continuó la presión de los concesionarios y chóferes para abrir la mesa de negociaciones con el gobierno del estado y lograr su propósito: el incremento al precio del transporte.

Pareciera que tomaron por sorpresa a los responsables del área del gobierno del estado, a la Dirección de Transporte. No avisaron y no atinaron a suspender el “paro”, en lo que negociaban un sí o un no, sobre el incremento al precio que deberán pagar los usuarios. El titular de la Dirección fue evidenciado ante la vieja estrategia de hacer “paro” para doblar de rodillas al gobierno en turno y acepte las condiciones que imponen los transportistas. Tiene varias semanas que el tema ha estado ventilándose como una exigencia, incuso en los medios de comunicación se ha hecho saber de ella; pero nada se hizo para evitar el ilegal y abusivo “paro” del servicio del transporte público. Nunca se ha impuesto una sanción a los concesionarios por suspender el servicio al que están obligados. Jamás se les molesta, si en cambio se les tolera y al final se les consiente. Debe imponérseles una fuerte sanción pecuniaria por interrumpir el servicio de manera unilateral, en caso de reincidencia, se les puede revocar la concesión. Pero no, a pesar de las arbitrariedades que cometen los concesionarios, terminan por autorizarles los incrementos, si bien no lo que piden, sí una cantidad que les permite seguir lucrando con el servicio público de transporte.

Gobiernos van y gobiernos vienen, nadie ha podido meter al orden a los concesionarios y chóferes. Por si fuera poco, el mal servicio que siguen prestando no mejora; los chóferes (muchos) continúan con sus prácticas groseras, abusivas con los usuarios y señales de tránsito que no respetan; se paran donde les place a subir y a bajar pasaje, se pasan altos, circulan a exceso de velocidad, echan los enormes camiones a los automovilistas que les reclaman, etcétera; todo les es permitido.

Mucho se ha insistido. Si no es negocio para ellos, que dejen las concesiones para que otros queretanos las exploten otorgando un mejor servicio de transporte; pero no, no renuncian al privilegio de las concesiones, por supuesto que no, sigue siendo un negocio mucho muy lucrativo; hay algunos concesionarios que incluso viven en las colonias más lujosas de la capital queretana, vamos incluso hay una diputada local que vive bastante bien con eso de la explotación del servicio público de transporte. Es pues un excelente negocio para unos cuantos consentidos. Sin lugar a dudas es un muy buen negocio la explotación del servicio ¿Entonces por qué hacer “paros” y suspender el servicio público del transporte? ¿Acaso no pueden negociar las partes sin dejar de prestar el servicio del transporte? Sí lo pueden hacer, pero saben que esa es una forma lenta de conseguir lo que reclaman: incremento al precio del transporte. Debe existir disposición de ambas partes, más no poner en medio a los usuarios como moneda de cambio. Eso es lo que hacen los concesionarios y chóferes, poco les importan los usuarios, no les interesa el buen servicio público, el lucro es primero; pero, hablando se entienden las partes, no por medio de presiones. De ser así, la autoridad puede someter a los concesionarios, obligarlos, se trata de un servicio público, no se puede jugar con el tiempo y necesidades de miles de queretanos, dejarlos al capricho de los “dueños” de las rutas del transporte masivo.

Cierto que todos los insumos del transporte se han incrementado, sobre todo los combustibles y el mantenimiento de las unidades, más no por ello se debe suspender el servicio al público del transporte. Seguramente los usuarios entenderán, de existir la necesidad del incremento al precio, previa justificación que amerite aumentar el costo del pasaje; tampoco son hermanas de la caridad que aportan en favor de la comunidad sin recibir la debida contraprestación, los concesionarios, ante todo, son empresarios que buscan el lucro, no realizan actos de beneficencia pública. Pero, las ganancias de los concesionarios deben ser modestas y no excesivas; aquellas no les debes permitan vivir con lujos a costa del bolsillo de los usuarios que menos tienen; eso no, para eso hay otros negocios, el servicio público del transporte si bien es obligación del gobierno prestarlo, no debe ser aprovechado para que unos cuantos se enriquezcan usufructuando un bien que no es de su propiedad. Por eso el gobierno debe meterlos en cintura, evitar que sigan con la exacción del dinero del pueblo que no tiene para adquirir un automóvil, tampoco para transportarse constantemente en taxis o autos ejecutivos.

Ya basta de presiones por medio de “paros” que afectan a miles de usuarios. Una sanción ejemplar bien valdría la pena, seguramente los usuarios la aplaudirían con gusto. Y si no les agrada a los concesionarios, que regresen la concesión, que renuncien a ellas, hay muchos que gustosos las aceptarían. Así que, la empresa concentradora debe poner sus barbas a remojar, antes de que el actual gobierno en verdad los ponga en su lugar, las herramientas jurídicas ahí están, solo falta activarlas.

Sea cual sea el resultado, los concesionarios y chóferes deben prestar un excelente servicio de transporte colectivo, es momento para aprovechar y reordenar de una buena vez por todas, el ineficiente transporte público. Los queretanos merecen un servicio de primera, requieren eso y más.