TRAS LA VERDAD; ¡Todos querían a Margarita!
Ninguna sorpresa debiera causar el abandono a la carrera presidencial por parte de Margarita Zavala Gómez del Campo, cuando se sabía que no tenía ninguna oportunidad de triunfo electoral. Su incursión en la carrera por la Presidencia de la República se debió a un capricho, frustración, rabieta y ambición personal de la candidata; la rabieta fue originada por las trampas y zancadillas que le puso Ricardo Anaya Cortés y su grupo, para que no alcanzara -en las filas del PAN- la candidatura; de ello surgió la molestia, la rabieta y la renuncia a las filas de su partido e irse por la libre para buscar la candidatura. La mujer demostró que, con su grupo político, pudo sortear todos los obstáculos legales y económicos para conseguir la candidatura.
Pero a Margarita no le alcanzó la preparación para soportar todo el maratón y a mitad de la contienda decide tirar la toalla. No valen excusas ni vanas justificaciones del porqué abandona la carrera. Ella sabía perfectamente cuáles eran las condiciones de la contienda y así decidió competir. La frustrada aspirante se quejaba y se quejaba; que si era la inequidad de los recursos públicos o los promocionales en los medios de comunicación, de todo se dolía; sabía de los escollos; así está en la inequitativa norma creada por los mismos políticos, formada por su antiguo partido, vamos por el mismo Anaya cuando fue diputado federal. Que no le alcanzaría para tener la mínima representación en las casillas electorales, también lo sabía. No hubo sorpresas, las injustas reglas ahí están desde hace varios años.
Sumado a lo anterior, Margarita Zavala dio clara muestra de su incapacidad para competir para la Presidencia de la República. No podía hilar frases serias y convincentes que atrajeran a indecisos o a los miles de panistas que no están de acuerdo con la candidatura de Ricardo Anaya; no lo logró, demostró no ser capaz. A diferencia de su rival, Anaya, que desde joven se preparó en el arte de la oratoria y habla más de la cuenta, sabe debatir, no importa que diga mentiras, él es mucho más convincente en sus argumentos, es irónico e irascible, parece creer en sus propias mentiras como “buen” político; en tanto que Margarita es tímida, de pocas palabras, de lento aprendizaje, titubeante en sus respuestas y nunca se preparó para alcanzar la imposible meta de pretender ser Presidente de la República. Sin embargo, su verdadero enemigo, Ricardo Anaya, es un verdadero peligro, se alzó a base de mentiras, vendimias y traiciones para alcanzar su meta: la candidatura. Sin principios, ni la más mínima experiencia para gobernar, Anaya logró lo que para muchos era imposible; claro, supo aprovecharse de la “buena fe” e ignorancia de los miembros del “ghetto” en el que solo unos cuantos se mueven, grupo llamado cúpula del poder. Margarita es la más débil de los 5 aspirantes y sin la menor posibilidad de hacer un papel digno en la contienda.
¿Qué representará Zavala Gómez del Campo? Lo mismo que sucedió con Armando Ríos Piter, en la contienda de millones de votos a conseguir: literalmente nada. Y aun así ya se disputan las migajas que, no son nada seguras –sus seguidores-; no es “morralla” de la cual pueda disponer Margarita a su antojo. Una vez que se retire formalmente de la contienda, todos aquellos que eran sus seguidores y equipo de trabajo, tendrán la libertad para emigrar a cualquier otro lugar, irse o sumarse con otro candidato o partido político. Lo vergonzante sería acudir con la “cola entre las patas” a su lugar de origen: a las filas del PAN. Pero en política, los políticos han demostrado que no existen principios ni vergüenza, así que todo puede suceder. Claro ejemplo de ello lo da la misma dirigencia del PAN, Damián Zepeda Vidales, quien cínicamente ya adelantó que le pedirán a Margarita se sume a la campaña de Anaya. Bien saben estos panistas de las trampas que le pusieron a Zavala y que la obligaron a irse del PAN, mas no les importa; quieren juntar las “migajas”, lo que Margarita se llevó, a fin de cuentas, si no hay vergüenza ni principios todo puede esperarse en esta inédita contienda electoral. Zavala adelantó que dejará en libertad a todos aquellos que la seguían para que tomen el camino que deseen. Eso no se hace, no se abandona el barco y “sálvese el que pueda y como pueda”. La utilidad del voto hoy es fundamental para, según las encuestas, alcanzar al puntero y rebasarlo.
Lo interesante es saber sobre las repercusiones en el electorado de la decisión de Margarita. La aplauden o la condenan. Habrá quien esté con ella, otros no. Así es esto. Una vez que abandona la intención de competir, salvo que se trate de un grupo compacto en el que todos amalgaman un proyecto, se consensan las decisiones, de lo contrario cada quien sigue su camino. Zavala no es dueña de esos miles de seguidores –no son pejezombies- que la apoyaban a pesar de que no tenía ninguna posibilidad de triunfo, sabían que su voto iría a la basura y así estaban con ella. Pero ya no va, por lo tanto, quedan en libertad de tomar nuevos rumbos; excepcionalmente la seguirán. También el dirigente del PRI, René Juárez Cisneros, va por Margarita, a fin de cuentas, la “marca” debe representar algunos votos y si es enemiga natural de Anaya, mucho mejor; un claro ejemplo es lo que sucedido con Javier Lozano. Incluso Javier Rodríguez Calderón, ya le pide a Margarita se sume a su campaña como independiente, sin partido político. Claro que no se sumará a otro proyecto de fracaso. A fin de cuentas, por lo pronto es una “pequeña manzana” de la discordia, lo importante es, insisto, “la marca” que puede ser explotada políticamente. El nombre de Margarita Zavala, en este momento, es una simple “marca” a usufructuar electoralmente. Las especulaciones de los “opinólogos” sobre su futuro inmediato son muy diversas, nadie es dueño de la razón; esta, tal vez, solo tal vez, esté en manos de Margarita. La “exclusiva” de dar a conocer las razones de su renuncia en manos de una empresa televisiva, eso sí es “sospechosismo” ¿Vendió los derechos? Y los interesados tendrán que ver y escuchar ese programa televisivo. Esto sí es una sorpresa política.
¿Qué pasará con las boletas electorales en las que esté impresa su imagen como candidata independiente? Nada. El electorado no deberá sufragar por ella, salvo que pretenda anular su voto. Votos que no serán válidos, si bien escrutados y computados, no servirán legal y electoralmente para nada. Así de simple. Sin mayores especulaciones. En fin, la contienda no se detiene, la renuncia de Zavala a la candidatura independiente, en unos días más se diluirá como noticia. Nunca fue una rival a vencer. Salvo el “morbo” político, veremos qué decide la frustrada candidata, lo cierto que no será su “muerte política”. Bueno, los cínicos ya hablan de –un sacrificado- la posible renuncia de algún panista a la senaduría, para darle un premio de consolación y regrese a casa, lo cual parece imposible, aunque viniendo del maquiavélico de Ricardo Anaya, todo es posible. Veremos si Margarita es capaz de resistir las presiones a la dignidad y a la vergüenza.