Editorial

Agrega valor a tu vida

Andrea Borjas
AGITADORA DE CONCIENCIAS

Uno de los retos más difíciles que he enfrentado en mi vida es convertirme en mamá ya hoy de tres adolescentes. La vida me enseñó de las peores formas por las decisiones que he tomado y ahora veo que somos muy duros con nuestros padres cuando nosotros somos los adolescentes, niños y algunos hasta en edad adulta son crueles y juzgan a sus padres. Tanto nuestros padres, como nosotros no venimos con un chip integrado de los mejores padres del mundo o con manuales integrados.

Si tuviera que hacer una analogía de la maternidad diría que es como boxear con los ojos vendados, en una arena desconocida contra tres boxeadores profesionales. Nunca sé de dónde vendrá el siguiente golpe. Sí, así es ser padres.
Hoy por hoy, no soy la experta en todo tipo de temas, mi formación académica me ha ayudado sobremanera y por supuesto don de ayudar a muchas personas a salir delante de duelos, rupturas, pérdidas y otras situaciones de la vida.

No puedo decirte que estoy lista para darte consejos y no pretendo hacerlo, lo que sí, es que Dios me dio un Don, el don de hablar, de ayudar a través de su Palabra. Estoy consciente de que aún tengo muchas cosas que aprender y descubrir.

Mis hijos son adolescentes y aún me encuentro en la etapa de la vida caóticamente hermosa donde les muestro y enseño de la vida y ahora ya me toca ver y apoyar desde las gradas a ellos.
Pero, por otro, lado soy hija de una persona de la tercera edad, el tiempo pasa, los años pasan y veo como mi padre ya con casi 72 años que envejece poco a poco. Y miro a mi derredor y veo muchos padres que viven en casas de sus hijos y/o muchos adultos mayores que se sienten solos y prefieren tener la compañía de sus familiares y/o venden todo a cambio de aceptación y cariño de ellos.

Ser adulto mayor y tener muchos años no significa estar incapacitados para poder elegir cómo se quiere vivir. Es muy triste ver como se vuelven un cargo o un estorbo los padres cuando éstos envejecen.

Hoy me dirijo a ti adulto mayor, anciano padre o madre. Tus hijos ya han emprendido el vuelo y tienen su vida en otro lugar que no es tu casa. Aprende a aceptar esta etapa de vida, no te conviertas en eso, un estorbo, una ocupación o preocupación para los hijos, tampoco te hagas la víctima (¡que se les da a muchos he!), simplemente, si tus hijos ya han hecho su vida como tú en algún momento lo hiciste, recuérdalo y aprende a aceptar tal y como lo hicieron tus padres, busca un trabajo, pon un negocio pequeño, que te mantenga despierto, vivo, busca actividades de arte como pintura, danza, baile para adultos mayores hoy en día existen tantas actividades de este tipo, ayuda a otro adulto mayor, háganse compañía.

Porque al final debes recordar que los hijos son prestados por tiempo determinado y nosotros como padres debemos y tenemos la obligación de aprender a no ser dependientes de ellos y rompe con el ciclo de adulto mayor es sinónimo de vejez, estorbo, ¡al contrario! Porque tu decides cómo vivir esta etapa de vida como Don Paco quien tiene 68 años y puso una pequeña papelería, viudo y con dos hijos adultos a quienes visita de vez en cuando y está para ellos, sale a divertirse con amigos de baile. O como una persona que conocí hace poco, mujer sola, dependiente de sus hijos, le rentaron una habitación para su independencia y decidió el victimismo de la soledad para volver a casa de sus hijos y éstos se ocuparan de ella. ¿Cómo quieres vivir? ¿Cómo crearás esta etapa de tu vida?

El envejecimiento es un proceso lentamente progresivo, por lo que a veces nos cuesta tomar clara conciencia de ello y todos debemos estar conscientes de que la responsabilidad y el desafío de la sociedad no es acompañar la vejez, las personas viejas no son sujetos pasivos que requieran acompañamiento. No te quedes en la tristeza comienza hoy agregando valor a tu vida.