Editorial

¿Cómo se adapta el organismo al deporte?

Deportivamente se define la adaptación como la cualidad del organismo viviente que a través del deporte el cuerpo modifique sus formas, funciones, rendimiento, comportamientos y capaces de ser sometids a las exigencias diversas pueden estabilizar sus condiciones de existencia que llevan a una mejora morfológico- funcional del organismo, y a un aumento de sus potencialidad vital y de su capacidad no específica de resistir a los estímulos extremos del ambiente.

La adaptación biológica en el deporte son un conjunto de cambios producidos en el organismo y sus funciones por la influencia psicofísica de la actividad deportiva.
Durante el entrenamiento de algún deporte la premisa es someter al organismo a cargas más intensas pero controladas y posibles de asimilar para incrementar los niveles de adaptación.

La adaptación es una de las razones por las que las personas no llegan a mejorar o como se dice comúnmente “estancar”, salir de ese estancamiento es un elemento clave del proceso de preparación del deportista.

Siempre atendiendo a su carácter específico pidiendo los máximos niveles de respuesta y teniendo en cuenta que dependiendo del tipo de carga utilizada en el entrenamiento, estas adaptaciones en el deporte mejoran los mecanismos de adaptación de otros sistemas biológicos del deportista.

En el deporte, la adaptación se da en función del tipo de entrenamiento que realicemos, teniendo en cuenta diferentes variables (intensidad, volumen, descansos) nuestro cuerpo responderá de una u otra forma. Esto es algo natural, no responderá nuestro cuerpo igual al entrenar con mancuernas de 5Kg realizando series interminables que entrenar con bastante más peso (más intensidad) y algunas series menos (menos volumen).

En cada entrenamiento que realizamos, producimos una serie de estímulos en nuestro cuerpo. Mediante estos estímulos a los que sometemos nuestro organismo en cada entrenamiento, se produce lo que se llama síndrome general de adaptación (SGA), propuesto por Hans Selye en 1956, el cual relaciona los estímulos del entrenamiento con los estímulos del estrés.

El estrés al que nos referimos puede ser físico, bioquímico o mental.

Es importantísimo analizar física y psicológicamente al deportista cuando los sometemos a estos. El típico «No pain no gain» podría estar bien, pero la virtud la encontramos dentro de una buena periodización del entrenamiento para no producir una sobrecarga en el organismo que nos llevará a un estancamiento y sobre todo, a una lesión segura.

 

Maestra en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Licenciada en Nutrición y Mesoterapéuta Estético Certificada.
María Eugenia Albarrán Cornejo. Ced. Prof. 5353534
José Siurob #43 col. Mercurio. Tel. 4421249988