Editorial

Hiperpaternidad o padres helicóptero el lado extremo de la crianza

Los cambios en la sociedad han generado una evolución en las familias, las cuales antes se componían de varios hijos, lo que hacía que la atención de los padres a los mismos fuera mínima, ahora en las familias es normal escuchar ser hija o hijo único, entonces ¿Cómo no centrar toda la atención en ellos?. Por otro lado la sociedad también ha cambiado, existe mucha exigencia, mucha presión en ser los mejores, en tener el mejor carro, la mejor casa, el mejor trabajo, ser la mejor mamá, ser el mejor papá.

Además, muchos hombres y mujeres, han postergado el tiempo a ser padres, entonces en una edad madura se vuelven excesivamente cuidadosos, o lo que actualmente son llamados “Padres helicópteros”, son sobreprotectores,  no permiten a los hijos cometer errores, quieren que el hijo cumpla las expectativas de lo que ellos no pudieron lograr en la vida, o el éxito que no pudieron tener, y aquí hay sentimientos importantes como la culpa, frustración y el miedo de que el hijo sea un fracasado, se mantienen tan sobre de él, que no dejan que el hijo se equivoque o que desarrolle su naturaleza, lo que limita su crecimiento.

Eva Miller en su libro “hiperpaternidad” menciona que esta se caracteriza por una atención excesiva a los niños y una perpetua supervisión. “La hiperpaternidad ve a los hijos como seres intocables, a los que hay que defender a toda costa y solucionarles todos sus problemas.  Este nuevo modelo de crianza se está llevando por delante su autonomía y capacidad de frustración, además de generar niños y niñas con más miedos que nunca”.

Parece ser que se esto se fue al extremo, de antes no poder dar la atención necesaria a los hijos inclusive podría decirse, que a veces escasa, ahora se trata de dar todo a los hijos, de hacerlos el centro de atención, de cumplirles todo lo que “nosotros no pudimos tener”.

También, Eva Miller menciona ciertas características, que tienen los hiperpadres como son: resolver los problemas de sus hijos, justificarlos continuamente y estimularlos precozmente.

Hay dos señales para saber si nos hemos convertido en hiperpadres:

  1. Si no eres capaz de observar a tu hijo sin intervenir a la primera oportunidad.
  2. Cuando se habla en plural de los hijos: “hoy tenemos un exámen”, “hemos aprobado”,….

Es claro que la hiperpaternidad es ejercida con la mejor intención, sin embargo, debemos darnos cuenta los problemas que esto está generando,  la problemática más destacada en los niños sobreprotegidos es el miedo, se vuelven niños inseguros, pues con tanto control se les manda un mensaje de “lo hago contigo porque tú solo no puedes”, no asumen sus responsabilidades, ya que siempre han estado sus padres para resolverlas, los niños pueden sentirse abrumados, ansiosos, y presionados,  y  los padres también se ven perjudicados con un fuerte estrés, al querer formar unos “super niños”, todos los excesos son malos, debemos tener un equilibrio y como menciona Eva Miller darles una sana “desatención” y esto no quiere decir que los descuidemos, sólo relajarnos, y dejarlos que se equivoquen, que comentan errores,  ya que es parte natural del aprendizaje, con lo que ellos desarrollarán habilidades que les servirán, para poder afrontar sus propias adversidades.

 

Correo: [email protected]