Editorial

La alimentación alcalina

Por: María Eugenia Albarrán Cornejo
Lic. Nutrición con Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

 

El pH es una forma de representar el carácter ácido, neutro o básico o alcalino de una solución. En nuestro organismo existen varios sistemas mediante los cuales se regulan los niveles de acidez o alcalinidad del cuerpo:

1.- Mediante la respiración, que hace que el CO2 que exhalamos de un carácter ácido a la sangre.
2.- Mediante los riñones, ya que nuestro organismo forma una orina más o menos ácida según las necesidades de equilibrio.
3.- Mediante la alimentación. Una alimentación inadecuada puede provocar acidosis o exceso de acidez. El cuerpo también dispone de un «almacén» de bases orgánicas que utiliza para restablecer el equilibrio en caso de que el pH del plasma sanguíneo varíe. Una mala alimentación provoca que estas reservas disminuyan y que pueda provocarse acidosis.

La alimentación alcalina es un sistema de alimentación basado en el consumo de alimentos que contengan alta alcalinidad como: verduras de hojas verdes crudas y alimentos bajos en grasas y con bajo contenido de azúcar, que ayuden a lograr que el pH del organismo tenga un nivel de 7,4, es decir, muy próximo al neutro, de acuerdo a una escala de 0 a 14 (bajo 7 es ácido; 7 es neutro y sobre 7 es alcalino). Esto, a largo plazo, provocaría el mejoramiento de las reacciones químicas del cuerpo y, como consecuencia, lo beneficiaría en al menos cuatro puntos fundamentales:

1.- Antiedad: el pH normal de la sangre es de 7,36, pero con la dieta ácida diaria (azúcares, carnes rojas, grasas y alimentos procesados) y las funciones metabólicas, baja a menos de 7, generando un organismo ácido, en el que las células se deterioran es decir, se acelera el envejecimiento.
2.- Energizante: los nutrientes que entregan los alimentos alcalinos (potasio, sodio, calcio y magnesio) son una inyección de energía para el organismo debido a que mejoran el funcionamiento celular.
3.- Fortalece el sistema inmune: la sangre acidificada es un medio propicio para que virus y bacterias se hospeden en ella, porque contiene menos oxígeno y se vuelve más espesa, dificultando el transporte de nutrientes y desechos..
4.- Controla el peso: aunque bajar de peso no es el objetivo de esta alimentación como consecuencia de su implementación se logra una pérdida del porcentaje de grasa. Los cambios, en este sentido, comienzan generalmente a registrarse a partir de la segunda semana.

La práctica de actividad física al menos cuatro veces por semana potencia los beneficios de una alimentación alcalina, ya que quemar grasas es sinónimo de eliminar los depósitos de fuentes ácidas.

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