Editorial

Pereza, dependencia, adicciones que te vuelven discapacitado

¡Pon valor a tu vida!
Andrea Borjas

Los humanos somos dependientes desde el momento en el que nacemos como proceso natural hasta cierto tiempo y conforme vamos creciendo la necesidad de la aceptación social nos vuelve cada vez más dependientes logrando que perdamos nuestra autonomía.

No es por nada, pero, todos tenemos muchas cosas buenas, aptitudes y capacidades grandiosas, algunos aun dormidas, otros en busca de su autorrealización y todos tenemos problemas en nuestra vida pero también tenemos todos la capacidad de salir de ellos.

Lo difícil es cuando entramos en una etapa de la vida en la que elegimos no salir de esas situaciones difíciles en las que nosotros mismos decidimos entrar o simplemente la vida nos condujo a ello. Déjame platicarte que mi vida no ha sido de color de rosa, yo tuve una etapa en la que perdí mi autosuficiencia emocional, perdí mi autonomía, mi autoestima y mucho más en el camino.
Si eres ama de casa al 100% (yo lo fui por 17 años), sabes a qué me refiero.

Las tareas diarias de la casa el ser una mamá y esposa de 24 horas los 7 días de la semana, los niños, ser chofer, cocinera, enfermera, administradora, entre otras tantas tareas que te dejan exhausta y agotada, sin contar de que te abandonas a ti misma porque tu prioridad pasaron a ser tu esposo y tus hijos. Una decisión muy tonta, porque ¿Cómo vas a brindar todo lo que puedes brindar de ti, si tú misma no te encuentras bien? Por mencionar sólo un ejemplo; debes ser mamá y te encargas de tooooodas las tareas del hogar, pero, debes ser esposa también. Ahora bien; hombres, los que se dedican al 100% a ser proveedores de su hogar, igualmente dejan de hacer ejercicio, abandonan a los amigos sus actividades, se abandonan a sí mismos porque al ser proveedores de tiempo completo se vuelven esclavos de los hijos, de la esposa y deben atender obligaciones del hogar.

Es entonces donde comienza la pereza en las mujeres de “si mi pareja ya trabaja y nos alcanza, para qué trabajo” ¡No!, es el error más grande que puede haber en una relación de pareja, porque ambos deben apoyarse mutuamente, deben intercambiar los roles para comprender y valorar el trabajo de cada uno, ambos tienen la obligación de impulsarse, de cada uno por su cuenta levantarse y hacer ejercicio sin dejar de motivarse para cada uno.

Hombre, fomenta en tu mujer a que trabaje tanto para ayudar en el hogar económicamente y ayúdala con las cosas del hogar, lleguen a acuerdos de qué actividades realizará cada uno para apoyarse. Mujer, sal ya de esa zona de confort que te mantiene en la pereza y comienza a dejar de depender de tu marido económicamente. Porque a ambos lo que va a ocurrir es que se vuelvan dependientes cada uno de sí y al final lo único que conseguirán es volverse un humano discapacitado (hay hombres que no saben ni tender una cama y mujeres que en su vida han trabajado, así de simple), porque, ¡imagínense cuando uno de los dos falte!

Ambos tienen la obligación de sostenerse por sí mismos. El depender de otros, te repito, es por naturaleza desde que nacemos, pero lo importante es no volver de esa dependencia un vicio o adicción que nos haga inútiles y con el paso del tiempo inservible para la sociedad o nuestro derredor.
Con cariño Andi Borjas.