Editorial

Pros y contras del uso de plantas medicinales

A través de los años el hombre ha desarrollado diferentes estrategias terapéuticas con el objetivo de tratar la enfermedad y que se basan en la tradición mágico-religiosa. La medicina herbolaria se define como el uso de “un producto derivado de una planta el cual es utilizado con fines terapéuticos”. La medicina herbolaria incluye a un gran número de sustancias extraídas de hierbas, las cuales comprenden desde el té hecho en casa de plantas recolectadas con fines medicinales se le atribuye por conocimiento popular o tradicional, el alivio de la enfermedad o de alguno de sus síntomas. La mayoría de las plantas se pueden hacer extractos, tabletas o cápsulas y comercializarlos como suplementos dietéticos.
La OMS ha regulado el uso de la medicina tradicional pidiendo que los productos cumplan con estos requisitos: inocuidad, eficacia y calidad, acceso y uso racional. En el año de 1994 la Food and Drug Administration (FDA) creó el Acta sobre Suplementos Dietéticos. En México la regulación de estos productos se basa en la Norma Oficial Mexicana NOM-248-SSA1-2006 referente a las Buenas prácticas de fabricación para establecimientos dedicados a la fabricación de remedios herbolarios. Si has optado por su uso no debes automedicarte, lo mejor será que consultes con un experto ya que la mayoría de las interacciones entre plantas y fármacos que afectan su absorción reduciendo los niveles del fármaco o pueden tener efectos aditivos, sinérgicos o antagónicos entre fármacos y plantas con las mismas propiedades farmacológicas. Por ejemplo la interacción de medicamentos con plantas con propiedades sedantes, anticoagulantes o anti inflamatorias.
Haciendo mi propia revisión literaria muchos hablan de sus beneficios pero no todos los fabricantes de productos herbolarios hablan de sus riesgos o precauciones. Aquí expongo un claro ejemplo con la “DAMIANA”:
La Damiana es una planta a la que se le atribuyen propiedades afrodisíacas pero que, más que como excitante sexual, destaca por sus virtudes estimulantes para combatir la apatía y el cansancio físico y mental. Es una de esas plantas que deben ser consumidas con las debidas precauciones.
No se debe tomar durante el embarazo o la lactancia, ni tampoco administrar a niños menores de 12 años, por la presencia de alcaloides activos. Debe ser evitada en caso de ataques de ansiedad, insomnio frecuente, taquicardias e hipertensión nerviosa, porque en lugar de ayudar podría contribuir a empeorar los síntomas.
No se debe compatibilizar con medicamentos ansiolíticos, antidepresivos, o estimulantes. Y tampoco conviene asociarla a otras hierbas de efectos muy estimulantes como guaraná, el café, el ginseng, o la cola y a dosis altas se comporta como purgante.
Actualmente, las plantas medicinales se han popularizado por la idea de que lo Natural siempre es mejor y así evitar “químicos” en el cuerpo pero recuerda que justamente existe la QUÍMICA DE LAS PLANTAS estudiada por la FITOQUÍMICA que analiza cada planta desde su QUÍMICA MOLECULAR, por lo anterior dicho antes, las PLANTAS NATURALES tienen QUÍMICA y está por lo tanto mal empleado como comúnmente lo decimos. Entonces recuerda antes de buscar un remedio casero analiza el origen de la enfermedad, por ejemplo si estás buscando el Hinojo para la indigestión y gases en lugar de la Dimeticona (anti flatulento) mejor organiza tus comidas en pequeñas porciones y come despacio. En realidad el uso de las plantas es muy común y algunas de ellas ya las conoces y otras incluso son parte de tu cocina. Consulta con un experto que garantice tú salud integral quitando la causa y apoyándote con ellas de manera inteligente y sin vías de lucro.

Maestra en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Licenciada en Nutrición y Mesoterapéuta Estético Certificada.
María Eugenia Albarrán Cornejo. Ced. Prof. 5353534
José Siurob #43 col. Mercurio. Tel. 4421249988