Editorial

2021 que el siguiente año nos traiga un cumulo de esperanza

Un Año lleno de dificultades económicas, y una pandemia que vino a complicar todo. Llegamos a la época de ilusiones, decepciones y sobre todo nostalgia por aquellos que ya no están con nosotros, pero ahora es diferente, es especial ya que hemos perdido a muchos seres humanos, conocidos y no conocidos, lamentables perdidas que ensombrecen esta temporada que es destinada a los festejos y la alegría familiar.

Muchas familias están divididas y sólo gracias a los avances en tecnología se puede contactar e incluso de manera virtual hablarnos y vernos a través de una pantalla.
La frialdad de los aparatos contrasta con el calor humano que se ha tenido que contener en espacios cerrados y con la consigna de no poderse acercar uno con otro.

¿Quién iba a pensar el pasado 31 de diciembre al desear a todo el mundo un feliz 2020 que un año después el festejo sería coartado por un año triste y sofocante en base a una pandemia donde el mortal virus a puesto en jaque a toda la humanidad?

Este año, todo fue diferente. La Plaza principal de Querétaro no estará llena para vivir las campanadas, muchas ciudades cancelarán la cabalgata de Reyes Magos, no habrá fiestas multitudinarias, ni grandes reuniones familiares.

Esta Navidad es la menos parecida a todas las anteriores de los últimos años.
A comienzos de este año, la pandemia del coronavirus llegó a nuestras vidas desde China para quedarse, y aunque la vacuna llego a México y se dieron las primeras en algunas partes del país como es Querétaro, los primeros serán el personal médico en un proceso lento donde se espera vayan llegando más vacunas y se pueda contar con esta esperanza para todos los mexicanos y para todo el mundo.

Mientras que eso pasa es una realidad, no queda otra que estar con la mascarilla, no dar besos ni abrazos a los seres queridos, mantener la distancia interpersonal, limitar actividades sociales y quedarnos en casa el mayor tiempo posible.
Al menos, esa es la previsión que se maneja desde el Gobierno. “No son como las del año pasado, estas son unas Navidades diferentes”.

Es evidente que, por ejemplo, las distancias sociales lo cambian todo pues, como Illa ha explicado, no es lo mismo un encuentro familiar “con distancia y medidas suficientes” que otro numeroso “sin conciencia de estar en un escenario de pandemia”.

El mundo ante esta Navidad y el año nuevo se mira desesperanzador, por una parte, ya que mucha gente se ha contagiado de Coronavirus y muchos no han podido sobrevivir. Los que aún no nos hemos contagiado, vivimos con la zozobra de que el virus anda flotando en el ambiente y cualquiera puede ser su víctima.

No obstante, ante la llegada de la vacuna lo mejor que nos puede pasar es que esta enfermedad maligna que seguramente fue creada por el mismo ser humano, sea controlada de una vez por todas y los niños vuelvan a correr y jugar sin miedo, se recupere la vida normal, se incorporen a sus labores estudiantes y trabajadores, que el calor humano se vuelva a reflejar en un abrazo, un beso sin el miedo de contagio.

No obstante, la esperanza siempre esta presente y aunque físicamente estamos separados de muchos de nuestros seres queridos y amigos, la fuerza del amor siempre nos une en espíritu y seguimos conservando ese lado buenos que nos caracteriza y que si bien, a veces desesperamos, seguimos con la fuerza de vencer una vez más al mal que nos amenaza.

Cabe tomar en cuenta que no es la Navidad de los abrazos, los reencuentros con los amigos que viven fuera, de compartir momentos con nuestros compañeros en las típicas cenas y comidas de trabajo. En esta Navidad no disfrutamos de las actuaciones y villancicos de nuestros hijos en sus colegios. Tampoco es de tomar las uvas al fin del año de cotillones, de la cabalgata de Reyes ni de las escapadas en familia.

No tenemos todo eso, es cierto, pero tendremos mucho si somos responsables. Además, es mucho más que diferente para el sector turístico, la hostelería y el comercio de nuestro país. El turismo, concretamente, prevé unas pérdidas acumuladas de 95.000 millones de euros a finales de 2020.

Hay que levantar el ánimo en estas fechas y no dejarnos caer en la depresión, estaremos bien, los humanos siempre hemos superado las peores situaciones, así lo señala la historia, sin embargo, la gente que se ha ido y nunca volverá deja un profundo hueco y gran dolor a toda la humanidad.

Por ello, En SOY QUERÉTARO y EL PUEBLITO Querido Lector deseamos de todo corazón que esta Navidad sea el rompimiento de un año complicado y en este Año Nuevo Usted y su familia, así como todos los mexicanos gocemos de la paz y tranquilidad deseada, la recuperación armónica de la salud global, de un Año 2021 con la esperanza y la claridad de un nuevo mundo donde volvamos simplemente a ser parte de esta libertad de acercarnos y darnos un abrazo fraternal sin cuestionarnos sobre contagios y limitaciones sociales, poder vivir normalmente siempre y con la posibilidad de seguir compartiendo con nuestros hermanos el amor y la prosperidad de un nuevo México, de un nuevo Mundo.

Querido Lector le deseamos a Usted y su familia grandes cambios y que prevalezca ante la adversidad de este año, la salud y la prosperidad en este 2021.