Editorial

¡Pon valor a tu vida!: Superando fracasos

“El fracaso, es una gran oportunidad para empezar
nuevamente con más inteligencia.”
-Henry Ford.

Fui invitada a una reunión con un grupo personas que no conozco. Al ser invitada como acompañante únicamente tomé el papel de observadora y muy poco opiné en el tema en cuestión que era las metas y logros propios.
Hubo una opinión que en lo particular me llamó muchísimo la atención, la cual se centraba en los hijos. Ella, una mamá como yo, divorciada con tres hijos, sin el apoyo del padre. Una mamá orgullosa de sus hijos, orgullosa de lo que ha logrado con ellos y con ella misma, ya que es una empresaria exitosa en el área de la educación y una mujer de oración.
Y aunque todos hablaron de sus metas, logros y éxitos, hubo una persona que se atrevió a preguntar por los fracasos. Todos atónitos en el comedor, sin responder. “¿Por qué la sociedad teme exponerse?, ¿por qué siempre hablamos de lo bueno, e intentamos tapar lo que no deseamos que otros vean?” Preguntó la persona por la que yo fui invitada. Por supuesto que se generó incomodidad después de ese comentario y evadieron el tema.
Recuerdo cuando yo era adolescente que mis decisiones y una cabecita llena de prejuicios no eran los mejores aliados, sumándole a las tonterías que pensamos y hacemos en la adolescencia. Mis hijos han sido una gran escuela para mí, sobre todo mi hija la mayor de ya casi 20 años. Ya que, si ella no se hubiera ido de la casa, yo no hubiera aprendido mis errores y fracasos como madre en aquél momento, puesto que ella ha sido mi escuela más grande y por quien decidí cambiar para ser mejor mamá. Sé que la vida en casa no fue la mejor ya que hubo mucha violencia emocional y física por parte de su papá hacia ellos, así como ejerciendo también violencia hacia mí y que no quise darme cuenta durante 17 años, vivimos con violencia emocional, física, patrimonial y económica. Creando así un círculo vicioso de violencia generado en casa. Hoy mi hija la menor a días de cumplir 15 años, volvió a recordar toda esa violencia que vivió desde pequeña. Y me duele tanto ver su tristeza y dolor. Existen muchos hogares rotos por diferentes circunstancias, en nuestro caso fue la violencia e infidelidades por parte del padre de mis hijos.
Casi todos estamos acostumbrados a hablar de cosas buenas que nos suceden, de presumir nuestros logros, de que todos vean lo bien que nos va. Yo hoy quiero compartirte que siento que he fracasado como mamá. Veo a mis hijos con grandes talentos y cualidades, son jovencitos excelentes, inteligentes, con un gran corazón, con mucho amor por dar y recibir y con sueños por cumplir que se convirtieron en seres resilientes porque la vida les pegó sobremanera y no tuvieron de otra que salir adelante, pero con un gran corazón muy herido aún, tristes por todo lo que ha pasado y mucho de ello, tengo responsabilidad por no ver a tiempo lo que sucedía dentro de mi hogar. Hoy viendo a mis hijos, su tristeza y dolor por el comportamiento de su papá siento que sigo fracasando como mamá, PERO NO ME RENDIRÉ, lloraremos juntos, sufriremos juntos, para después renacer juntos con un nuevo corazón, sólo espero Dios me de vida, salud, sabiduría y mucho amor para ayudarlos, para ser mejor cada día, que me brinden ellos la oportunidad de seguirlos viendo crecer, de disfrutar sus logros y fracasos, de apoyarles y alentarles y orar por ellos para ver y disfrutar sus éxitos.
Hoy me aferro a éstas palabras que una maestra del preescolar de mi hija la menor y con quien aún tengo contacto, me escribió hace poco: “Usted es una persona que tiene un gran corazón que perdonó a su esposo tantas veces, con una garra impresionante, unos hijos hermosos que los ha educado bien y que han sabido topar partido y ellos siempre la van a proteger y entre ellos la van a cuidar. Me imagino lo difícil que es cargar con esto sola, sin embargo, usted no tuvo que hacer nada para que sus hijos se dieran cuenta de toda la situación.”
Me costó mucho trabajo buscar un título para este artículo, pero realmente creo que el fracaso en cualquier circunstancia, es la única oportunidad que tenemos para aprender. Hoy más que nunca quiero recordarte que no es tarde, sea cual sea tu situación como madre o padre de ningún modo te rindas, esos seres quienes tienes a tu cuidado, necesitan de ti, de amor, de cariño, de palabras de aliento, de impulsos, de tu tiempo con ellos. Pero, sobre todo, debes comprender que te necesitan, tu deber es cuidarlos, protegerlos y amarlos.
Recuerda, el mejor momento para comenzar, es ahora, hoy mañana, puede ser muy tarde.

Con cariño Andi Borjas.
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