Los políticos especie en extinción
Por Javier López Velarde Luna
La clase política en el país y en el mundo vive su peor crisis en la historia. Los especímenes políticos en términos de aceptación social, están viviendo su extinción. En términos de productividad son solo una figura decorativa que enarbola la bandera de la democracia, que no es otra cosa que la mentira más grande en la humanidad.
Los políticos se dicen necesarios y en realidad, son solo lacras que no producen nada en concreto para el bien de la gente. Estar sentados y decidiendo sobre la vida de los demás es la labor que la gente—nosotros—les hemos otorgado. Son mediocres, peleoneros, prepotentes, vividores y ostentan el poder de un pueblo que no sabe (y ni le interesa) lo que hacen. Por eso, hacen lo que quieren respaldados por un sistema caduco que solo mantiene las elites en donde están y a los de abajo los mantienen más y más abajo.
Los discursos son los mismos y mientras surgen más y más problemas, sociales y económicos causados por su incapacidad, sus discursos tienen bases en esos mismos problemas los cuales, sirven en pretextos innumerables a sus mentiras de solución.
Lo curioso es que todos los mexicanos somos sabedores de esta situación de la que nos quejamos todos los días. Sin embargo, seguimos consolándonos con migajas de palabrerías baratas y con pan y circo constante.
Los que tuvieron ya la oportunidad de gobernar, ahora exigen a los nuevos gobiernos solucionen lo que ellos no pudieron resolver e incluso provocaron. Y esos argumentos son usados para manipular la opinión de un pueblo que en su mayoría lo que espera simplemente, llegue el viernes y el fin de semana para olvidarse de los problemas, embriagándose, o divirtiéndose con lo que el sistema ofrece siempre, cultura barata y alcohol. La televisión en lugar de ser un instrumento educativo sirve para deseducar más y aportar malos ejemplo de lo que conlleva la falta de principios y valores. La música grupera, el reguetón, Paquita la Del Barrio, y un sin número de tarados brincadores, sin talento y que dan al traste a la esperanza de un pueblo culto y progresista. Se muestran diariamente baratijas que cubren el espacio artístico de México, en nuestros medios de comunicación siempre vendidos a los intereses monetarios y sin un pequeño tapujo de moralidad.
El actual Gobierno por su parte, al igual que los últimos anteriores, se ha hecho de la vista gorda y con una ceguera absurda se hace omiso ante la oleada de agresiones a nuestros valores familiares. Las malas palabras ya son hasta simpáticas para muchos y los propios padres y maestros se las enseñan a los muchachos. Que humanidad estamos creando. La censura gubernamental ya no existe ante las agresiones al lenguaje y a las buenas costumbres. Imágenes desoladoras del deterioro del medio ambiente, de la moralidad, la homosexualidad se presenta hasta como una moda tolerada e incluso, legislada al igual que la aceptación de muchas drogas….así como adecuaciones contradictorias al desarrollo humano son la base con la que estamos formando a los mexicanos. Por ello digo, la clase política de que sirve, sino es para cobrar, robar y presumir impunidades ofensivas a los ojos de nuestro pueblo cada día más sobajado.