¡Pon valor a tu vida!, Si hoy fuese el último día de mi vida…
Andrea Borjas
Cada día me miro en el espejo y me pregunto: «Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?». Si la respuesta es «No» durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo. (Steve Jobs)
Estimado lector, esta semana una persona se me acercó para decirme que necesitaba platicar conmigo porque ya no tenía ganas de vivir, ya no tenía motivos para vivir pues su pareja la había abandonado. En esta ocasión quiero platicarte algo muy personal que me sucedió a inicios de año, de hecho, abrí el año con ese cambio en mi vida y aún sigo superándome.
Al comienzo de este año tuve la necesidad de cerrar un circulo muy importante en mi vida mi esposo nos abandonó y decidió formar otro camino y aunque me negaba, durante 3 largos meses el desgaste fue infinito.
Hoy quiero comenzar esta primer parte de esta reflexión con unas palabras del novelista Paulo Cohelo:
“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los “¿por qué?”, en desear regresar el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
Porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos ¡¿por qué?! Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.
No podemos tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo con lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento.
El prender “tu televisor personal” para darle y darle una “vista” al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente, envenenarte y amargarte. La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando “puertas abiertas”, “por si acaso”, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción tienes ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¡¿a qué?!), ¿Necesidad de aclaraciones? ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que invadieron? Si puedes enfrentarlos ya hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.
Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate”.
Ahora bien, estimado lector, sí, no voy a negarte. Cuando una persona decide, porque esa es la palabra y acción correctas, cuando deciden tomar otro camino, nosotros pasamos por un duelo muy grande en el que habrá cambios, el principal es aprender a vivir esta nueva forma de vida, en este caso sin la persona que estuvo a nuestro lado durante tantos años. Llora sí, patalea, también, ¡es válido! Pero no dejes que el sufrimiento te arrastre y te haga débil, al contrario ¡TU DECIDES!
Consejo:
Cada uno hace lo que mejor decide con lo malo que le sucede, ¡y DECIDE en lo que lo convierte!
No esperes a que llegue una crisis, una enfermedad, muerte o algo que ya no puedas cambiar, para cambiar si esa persona decidió ya no estar más en tu vida, ¡está bien, terminó su ciclo a tu lado, ahora reinvéntate y comienza tú uno nuevo!
Con cariño Andi.
Licenciada en Seguridad Pública Céd. Prof. 09253689
Especialista en formador de vida emocional. Asesor de aprendizaje virtual y Cuentacuentos.
Cel. 442 149 63 60, correo electrónico: [email protected]
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