Editorial

¡Pon valor a tu vida! Sin darte cuenta

Andrea Borjas

El día de hoy quiero comenzar con una pequeña historia:

Hubo una vez un niño ciego que se sentó en los escalones de un edificio con un sombrero a sus pies, levantó un cartel que decía: “Soy ciego, por favor, ¡ayuda!”. Sólo había unas pocas monedas en su sombrero. Cambió de lugar, entonces, un hombre que caminaba apresuradamente sacó unas cuántas monedas de su bolsillo y las metió en el sombrero, luego tomó el cartel, le dio la vuelta y escribió algunas palabras. Luego volvió a poner el letrero en las manos del niño para que todos los que pasaran vieran las nuevas palabras. Pronto el sombrero estaba comenzando a llenarse de dinero, mucha gente le comenzó a dar monedas al niño ciego. Esa tarde el hombre volvió a ver como estaban las cosas. El niño, reconoció sus pasos y preguntó: – ”¿Fuiste tú el que cambió mi letrero esta mañana, qué escribiste?”. El hombre dijo: – Sólo escribí la verdad, dije lo que tenías, pero de una manera diferente, escribí “HOY ES UN BUEN DÍA, PERO NO PUEDO VERLO”.
Anoche platicando con una persona la cual estaba muy triste y desganada. Mi pregunta fue – ¿Por qué te sientes de esa manera? Su respuesta: No he tenido trabajo y no me siento bien. Conozco a esta persona y es muy alegre, pero al mismo tiempo pesimista. Contradictorio no, porque siempre necesitamos de un equilibrio.

Muchas veces parece muy difícil mantener una actitud de gratitud cuando algo no va bien en nuestra vida. Por ejemplo; esta persona no ha tenido trabajo últimamente tan seguido como acostumbra a tenerlo; ayer por la noche platicando con él me di cuenta de su actitud, en su rostro manifestaba un desasosiego, olvidó la ley principal de la vida. Estar agradecido. Él es un hombre con una fortaleza física a sus casi 60 años que ya un joven quisiera tener, es un hombre sano y además culto.

Tiene una familia que lo quiere y valora mucho. Tiene un lugar dónde vivir y dónde trabajar, alimento diario. Lo único que en su vida podría decirse que le falta es un poco más de trabajo el cuál ha escaseado sobremanera por estos tiempos tan difíciles para todos. Lo invité a salir a caminar, a respirar, a leer y que tuviera una perspectiva diferente de la vida. Porque la gratitud es un antídoto en contra de la negatividad ¿por qué? Fácil, la gratitud siempre va a ganar. Recuerda que lo que sientes es lo que atraerás en tu vida. Hoy te invito a sintonizarte. Cambia de actitud, ¡tienes todo para salir adelante!

Como vez, ambos carteles decían lo mismo, pero de una manera diferente, en el primero simplemente decía que el niño estaba ciego, en el segundo se transmitía lo agradecido que debemos estar por poder ver. Cuando tu vida parece estar llena de problemas parece difícil mantener una actitud de gratitud. Ten en cuenta que el verdadero poder de estar agradecido no es estarlo, es ¡sentirlo! Siempre en la vida vamos a encontrar personas con algún tipo de depresión y o desmotivación, pero también vamos a tener personas cerca que nos muestren “el otro lado del cartel”.