Editorial

¡Pon valor a tu vida! ¿Ya disfrutaste de tu dosis de alegría?

“Si haces un buen trabajo para otros, te sanas a ti mismo al tiempo, porque una dosis de alegría, es una cura espiritual. Trasciende todas las barreras.”
Ed Sullivan (Columnista para el New York Daily News

¿Ya disfrutaste de tu dosis de alegría?

Todos, todos en nuestra vida necesitamos una buena dosis diaria de alegría. Ya sea que te levantes a hacer ejercicio, ya sea que disfrutes de un buen programa de radio, ya sea que hagas meditación o simplemente disfrutes de una buena taza de café, estar con el ser amado, leer un buen libro que disfrutes, escuchar tu música favorita, alimentarte con la presencia de la amistad, un fin de semana “de pata de perro”, en fin. Hay muchísimas maneras de tener tu dosis diaria de alegría.
Últimamente, he tenido tanto en mi vida, pérdidas, problemas, sin sabores, malas decisiones, tristezas, estrés, tropiezos y más tropiezos, que pese a que soy una persona positiva y resiliente, tanto de todo me está golpeando en mi vida que no sé ni por donde van a entrar los golpes. La semana pasada, una muy buena amiga y yo tuvimos que vernos para la entrega de algo y aprovechamos a darnos el tiempo para tomarnos un café y platicar, y digo “tuvimos”, porque de verdad a todos se nos olvida (fue mi caso y el de ella porque es una mujer empresaria sumamente ocupada que pocas veces se da el tiempo para descansar), que de repente darnos un descanso de todo el estrés, de todo el ajetreo de la vida misma es realmente necesario y no sólo cuando se “tenga el tiempo”. Debemos y tenemos la obligación de regalarnos 5 minutos diarios (aunque sea), para relajarnos, para encontrarnos, para recalibrar nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma. En mi caso, el haber visto a esta gran amiga, para mí fue, regresar al pasado, las risas, el amor, el cariño, la plática, los recuerdos, las enseñanzas mutuas, en fin… (Suspiro). Es verdaderamente un deleite ¡Y es verdaderamente increíble dejamos que como con el paso de los días, todas nuestras ocupaciones, todas nuestras preocupaciones, nos hagan olvidar algo tan simple como es el retroalimentar nuestra alma de seres especiales que Dios pone en nuestra vida. En mi caso, yo, la vida, mis propias decisiones (pesadez, tristeza, y ¡porque no!, debo reconocer un poco de negativismo), me estaban orillando a olvidar, algo tan sencillo, algo tan especial para mi vida. Ese fue mi caso, ¿y tú, de qué te estás perdiendo?, ¿a quiénes estás olvidando en tu vida?, ¿qué has dejado de hacer?
Hoy estoy recibiendo nuevamente un consejo de mi misma: Nunca olvides que a pesar de los problemas, a pesar de que la vida te esté golpeando sobremanera, siempre, siempre, siempre, hay motivos para sonreír.
Con cariño Andi.

Licenciada en Seguridad Pública Céd. Prof. 09253689
Especialista en formador de vida emocional. Asesor de aprendizaje virtual y Cuentacuentos.
Cel. 442 149 63 60, correo electrónico: [email protected]
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